JoseLuis

Nuestro angel vino de Holanda

Flores macho y hembra de Welwitchia Flores macho y hembra de Welwitchia
Un detalle del Petrified Forest Un detalle del Petrified Forest
Twyfelfontein Rock Engravings (detalle) Twyfelfontein Rock Engravings (detalle)
The Organ Pipes The Organ Pipes

El objetivo de hoy era: reparar la rueda pinchada, sacar dinero del banco, visitar el Bosque Petrificado (Petrified Forest) y los grabados en la piedra de Twyfelfontein (Twyfelfontein Rock Engravings).

Lo primero fue imposible, ya que al ser domingo, estaba cerrado el taller. Sacar dinero también fue imposible, pues el Standard Bank no nos lo daba. Y apenas nos quedaban unos durillos...

Así que caminito al Petrified Forest, que está en la misma carretera, a unos 40 km. al oeste de Khorixas , y de ahí, perdiéndonos por la mala señalización, llegamos a los "Engravings". En ambos lugares hay guías, que es obligatorio contratar para ver el lugar, y que muy amablemente te explican cosas relativas a lo que ves. El Petrified Forest es una zona donde hay troncos de árboles petrificados, árboles que no se han pudrido como sería lógico que sucediera, y se conservan petrificados. Los grabados en la piedra son bastante interesantes de ver, ya que muestran los animales que cazaban y las huellas de los mismos. El guía, Raymond, nos dijo que estos grabados tenían una antigüedad de entre 2000 y 6000 años. Merece la pena ver los dos.

Muy cerca están los "Organ Pipes", unas formaciones rocosas parecidas a los tubos de un órgano. Merece la pena desviarse pues están a pocos kilómetros. pero si estuvieran más lejos iba a haber ido ...

Bueno, pues después de dar una vueltas y regresar a Khorixas, nos pusimos rumbo a Outjo por una carretera asfaltada y en buen estado. Todo un lujazo. Y por el camino nos dedicamos a ir recogiendo gente que iba a la ciudad: primero fue un hombre que trabajaba en una empresa de transporte, con el que apenas pudimos conversar, pues era bastante parco en palabras. Más tarde recogimos a otro hombre al que se le había pinchado la rueda del coche y no tenía de repuesto. Se le había pinchado cuando iban a más de 140 km/h, y habían podido parar el coche. Si cuando digo que todos tenemos cinco o seis ángeles de la guarda no lo digo por decir.

Cuando llegamos nos dirigimos al Etosha Garden Hotel. Toda una suerte, pues además de estar muy bien, nos encontramos con una pareja de holandeses jubilados que se dedicaban a ver pájaros, eran "bird-watchers". Hablando con ella, le contamos los problemas que habíamos tenido con el coche, y nos dijo que en África hay que exigir de manera enérgica, y que el coche que nos habían dado estaba mal, y que podíamos exigir que nos lo cambiasen. De hecho una de las ruedas traseras estaba desinflándose. Así que llamamos a la compañia de alquiler y sin tener que dar muchas explicaciones de que el coche estaba mal, nos dijeron que al día siguiente a las nueve de la mañana tendríamos otro coche en perfecto estado. Y así fue. La holandesa fue nuestro segundo angel de este viaje...

Por la tarde fuimos a sacar dinero, sin problemas esta vez en un cajero ATM, y a llamar por teléfono. Es curioso aunque lógico, que al hablar por teléfono hay mucho retardo, con lo que casi que tienes que decir eso de "corto y cambio".

La cena en el hotel fue exquisita, y es que la pareja que llevan el hotel lo hacen muy bien. Son austriacos y muy pero que muy buena gente: amables, atentos, y el hotel está de lujo, con piscina. Después de la experiencia de Khorixas, todo un regalo.

Por la noche, y para no perder la costumbre: tormenta. Y es que en esta época el año es temporada de lluvias (rainy seasson ) y cada tarde llueve, al menos en esta zona.