JoseLuis

The Ombili Foundation

Alicia con los niños de Ombili Alicia con los niños de Ombili
El poblado dentro de la fundación El poblado dentro de la fundación
Sobre el Hoba Meteorite Sobre el Hoba Meteorite
La habitación del Waterberg Plateau La habitación del Waterberg Plateau

Hoy se acababa nuestra aventura en Etosha. La verdad es que el sitio merece la pena, a pesar de que nosotros no tuvimos la oportunidad de ver ni leones ni elefantes. Pero la experiencia había sido altamente positiva.

Así que por tercer día consecutivo nos fuimos a intentar pagar nuestra estancia en Etosha. Pero dado que la gente no estaba mucho por la labor, decidimos que nosotros no se la íbamos a facilitar. Así que nos presentamos en la puerta del parque como si tuvieramos todos los papeles en regla, y nos dijeron que teníamos que pagar las tasas... ¡de un sólo día! Perfecto. La verdad es que fue justa compensación por no haber podido ver más bichitos.

Así que decidimos poner rumbo a nuestro siguiente destino: The Ombili Fundation. Nos habían hablado de ella en un restaurante en Swakopmund y teníamos una reseña en uno de los mapas que nos habían dado, pero no sabíamos exactamente qué era. Así que lo mejor era acercarse para averiguarlo.

Después de esperar una buena media hora hasta que empezaron las visitas, nos recibió un hombre de origen alemán, Jürgen, que nos explicó la labor que llevan a cabo allí. La fundación tiene por objeto la protección de las costumbres y de los individuos "bushmen" o bosquimanos. Éstos son una minoría étnica muy mal considerada entre los namibios, y no precisamente los namibios blancos. Son cazadores y nómadas, y nunca han tenido un lugar donde se hayan asentado durante mucho tiempo. Desde tiempos inmemoriales han ido detrás de la caza, su sustento. Así que cuando el blanco ha llegado a la zona y ha empezado a dividir la tierra, a tomar posesión de ella y a hacerla productiva, estos personajes se han quedado sin sitio.

La fundación Ombili intenta preservar, en la medida de sus posibilidades, esta cultura, aunque ellos se lo ponen bastante difícil por lo que nos comentaba Jürgen. Para estos alemanes era muy díficil ver cómo una personas podían ser tan poco organizadas: se dejaban los grifos abiertos, e incluso la puerta de los establos.

La media de vida de los "bushmen" no supera los 50 años, y no es de extrañar, según el caso que nos comentaron: un niño de tres años había muerto el lunes, pues los médicos (no blancos) que lo "atendieron" desde un primer momento le recriminaron a Jürgen que "por qué lo llevaba a un hospital, que lo dejase morir por ahí". Un poco como lo que pasa en España con los gitanos pobres pero allí a lo bestia.

Estuvimos como un par de horas en la fundación y después nos "invitaron" a pasar por la tienda de artículos hechos por los "bushmen" para que nos lleváramos algún recuerdo. La verdad es que hacer una donación y llevarte algo a cambio es toda una novedad, y así fue.

Más tarde cogimos la carretera hacia Tsumeb, y de aquí a Grootfontein para pasar por el Hoba Meteorite, una piedra de unas catorce toneladas que cayó en la Tierra hace unos cuantos millones de años. Y a comer a Otavi, donde encontramos un bar de ambiente nocturno en el que nos dieron de comer un poco de fast- food, muy bien presentado.

Y ya de camino a Waterberg Plateau, pasamos por Otjiwarongo a comprar provisiones para los dos días siguientes. Volvimos a hacer uso de los servicios de un "gorrilla" local y nos pusimos en marcha hacia el parque natural.

El Waterberg Plateau es un parque un tanto singular. Está emplazado en una meseta que se yergue sobre la planicie, y en donde se mantienen una serie de animales que están en peligro de extinción. Y por otro lado es un centro de vacaciones donde van los namibios, sobre todo de Windhoek, a pasar el finde, pues las instalaciones estan realmente bien.