Día 1  Sábado, 07/04/2001 Bangkok

Bangkok : el caos

Caos en Bangkok
El Hotel Asia y la parada de metro
Palacio Imperial: Estupa de Oro
Paseo en barca de Arroz
Cabeza del Buda reclinado
El Super Buda: 50 por 15

Cuando aún no hacía dos meses de nuestro viaje por Namibia, nos vamos de nuevo de viaje. Esta vez a Bangkok, Thailandia. Quizá un poco pronto, pero aprovechando las oportunidades que se nos brindaban, nos fuimos a conocer otras culturas.

La primera etapa fue, como casi siempre que quieres salir de Europa, salir de BCN hacia uno de los enlaces intercontinentales, en este caso fue Frankfurt, para desde allí enlazar con un vuelo que nos llevaría a la capital de Thailandia, después de unas interminables 11 horas de vuelo.

A la llegada a Thailandia, un poco de caos en inmigración como aperitivo. Un rato de cola y cuando ya llegamos al funcionario, nos dicen que tenemos que ir a otra terminal. Paciencia. Allí nos metimos en una cola que nos correspondía, y nos atendieron rápidamente. Pros del caos. Después recoger las maletas nos recogió el agente de Kuoni en Bangkok y nos llevó al hotel. Era domingo y eran las 9 de la mañana, así que se imponía una siestecilla para recuperarnos del viaje. Después a recorrer la ciudad.

Cerca del Hotel Asia había un centro comercial con aire acondicionado donde nos refugiamos del calor, comimos y esperamos a que pusieran el "mercado nocturno" para ir a visitarlo.

Es un espectaculo que merece la pena. Cientos de puestecillos se apiñan en la calle repletos de ropa de imitación, de relojes de imitación, de puestos de comida, zapatos, cinturones, videos guarros, etc...

Al día siguiente contratamos dos excursiones: una, la del Palacio Imperial, y otra, un paseo por el río. Como consejo: si no tenéis mucho problema con el inglés, contratarlas allí con las empresas de allí, pues las españolas por el hecho de tener un guía en castellano te clavan. Te salen por la mitad de precio, ahí es nada...

La del Palacio Imperial estuvo bien, sobre todo por lo preciosista del conjunto. Es increible el detalle y el gusto que tienen los orientales. La decoración es toda de oro (¿dorado?), y cristales de colores, cosa que la hace preciosa. Lo malo: el calor. Era casi insoportable, y eso que fuimos a primera hora de la mañana.

Por la tarde, el paseo en la barca de arroz. Bangkok tiene canales, y nos dieron una vuelta por ellos. Pudimos apreciar tanto las miserias de algunas personas que viven debajo de puentes, y otras al lado con casas de lujo. Contrastes. Más tarde te cambian de barco y te llevan en otro de vuelta y te ofrece una variedad de platos y frutas del lugar. Merece la pena.

Por la tarde más mercado nocturno, y es que por muy poco dinero te puedes solucionar los problemas de vestimenta para los siguientes años. La vuelta en un "ship", como le llaman allí, aunque yo prefiero el de "burro-taxi", una especie de moto-coche que funciona allí como taxi. De esta manera te puedes dar cuenta de la cantidad de polución que hay en la ciudad. Mucha gente va con mascarillas por la calle, debido a la cantidad de contaminación que respiran.

El día siguiente era el día de marchar, aunque nos recogían en el hotel a eso de las 12 de la mañana. Así que cogimos de nuevo un "burro-taxi" y nos fuimos hasta el templo de Wat Po, donde está el Buda reclinado, una impresionante estatua de 50 metros de largo y 15 de alto dorada que impone. Después la vuelta de nuevo en "burro-taxi" y de allí al aeropuerto. Un vuelo de poco más de 4 horas y aterrizamos en Bali, Indonesia.

  Bali