Singapur es una isla, con una capital principal
que es Singapur. Es una ciudad muy ordenada y con una
gran cantidad de tecnología por doquier. No en vano muchas empresas
tecnológicas están afincadas allí.
Y esto se nota.
Desde que aterrizamos hasta que estuvimo en el taxi que nos llevaba
al hotel: apenas diez minutos, teniendo en cuenta el paso por
inmigración y la recogida de las maletas. Si esto fuera así en el
Prat o en Barajas...
El Hotel Golden Landmark era el nuestro, un
edificio con 19 plantas, y nosotros en la última, con unas vistas
espectaculares.
Lo primero que hicimos fue llegarnos al Sim Lim
Tower, que es el centro de venta de ordenadores y aparatos
electrónicos de la isla. Es impresionante. Un edificio de 6 plantas,
donde podías encontrar lo último y a precios entre un 30 y un 50 por
ciento más baratos que aquí. Aprovechamos para comprarnos una memoria
más para la cámara digital. 64 Mbytes por unas 10.000 pts.
Al día siguiente nos fuimos a recorrer la ciudad. No merece la pena
coger ninguna excursión organizada. Es un sitio en el que puedes ir
perfectamente por tu cuenta. Fuimos en el metro, en
el que está prohibido, comer, beber, mascar chicle, y
en el que hay cobertura de móviles en todo el recorrido. Por cierto,
es para flipar la cantidad de gente que tiene móvil y el uso que hacen
de él. Nada que ver con lo poco que lo usamos en España.
Recorrimos el barrio chino y fuimos subiendo hacia el norte de la isla
donde estaba nuestro hotel. El calor era tremendo. Los edificios eran
enormes, algunos de más de 60 plantas, eran auténticas moles.
La gente muy europeizada, muy diferente a la que habíamos visto en
Bangkok o en Bali. Todo un contraste.
Lo que sorprende es la cantidad de prohibiciones que llegamos a
ver: en un banco no se puede entrar ni con casco ni con gafas de sol;
está prohibido dar de comer a las palomas, escupir en la calle(me
parece muy bien), ir con monopatín, y más. De hecho la camiseta famosa
de Singapur es una en que te vienen escritar las principales
prohibiciones. Por supuesto está prohibido fumar en sitios cerrados:
oficinas, cines, restaurantes, etc... La multa por fumar en un
ascensor es de 500.000 pts, ahí es nada. La más curiosa de
todas fue la que vimos en el aeropuerto y que sale en la última foto:
¡Prohibido estudiar!
Lo cierto es que es un viaje que merece la pena, y que también merece
la pena hacerlo en este orden: Bangkok, Bali y Singapur. El primero el
caos, el segundo el disfrute, y el tercero la preparación para entrar
de nuevo en el mundo civilizado.
Si has llegado hasta aquí espero que te haya gustado.
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