Día 7 Viernes, 3 de Julio de 1998 Monzón-Pertusa

¿Cuando llegaremos a Berbegal?

La etapa de hoy era corta, relativamente, pues aún siendo corta eran 30 km. que nos separaban de nuestro destino en Pertusa. Íbamos cansados, quizá demasiado. No en vano llevábamos una semanita dale que te pego sin parar, y descansando de aquellamanera. Total que estábamos cansados, nos levantamos relativamente tarde, quedaban muchos kilómetros y el ánimo estaba por los suelos. A esto añádele que al salir de Monzón el Camino deja de estar claro y hubo que dar vueltas y preguntar a algún lugareño, échale que veíamos Berbegal, el pueblo que estaba a 18 kilómetros y en el que se suponía que íbamos a comer, y que parecía que nunca llegaba. Es lo peor que te puede pasar, que tengas tu objetivo demasiado a la vista y te de la impresión de que no llega nunca. Observando los Pirineos desde BerbegalQuizá sea mejor que esté un poco escondido, que parece que quedan un par de curvas y salvar una montañita o algo así. Hubo momentos en que realmente pensábamos que alguien lo estaba moviendo de sitio. Es exagerado, pero la imaginación no tiene límites, y tampoco nosotros vamos a ponérselos.

A pesar de todo, todo llega en esta vida, aunque tarde un siglo, y también nosotros llegamos a Berbegal. Al grito de: "¡Mira, andarines!" nos recibió el comité de bienvenida infantil, quienes estuvieron pendientes de todos y cada uno de nuestros movimientos hasta que nos fuimos. De vez en cuando alegra el día encontrarte con gente diferente, y en este caso lo éramos nosotros. Éramos la atracción para la chiquillada.

Paramos a la sombra de los árboles de un parquecillo que tienen, y nos curamos los pies. Mi ampolla estaba en vias de curación. Anita también sufría lo suyo, y Raúl estaba como una rosa, al menos sus pies. Después de un merecido descansillo decidimos llegarnos hasta Lacuadrada, que se suponía estaba a una hora y algo de camino. El único inconveniente era la hora, las tres de la tarde y un sol de justicia, pero hay veces que tienes uno de esos puntos, y charlando, charlando llegamos al pueblo, que parecía fantasma y no me extraña pues el calor era de órdago. Tomamos al asalto una callejuela por la que no pasaban coches, y en la que gracias al cielo daba la sombra. Comimos una de nuestras famosas ensaladas con tomate, cebolla, atún, que hay que decirlo estaban de vicio, descansamos un buen rato y decidimos dar el último tironcillo hasta Pertusa.

A veces los ingenieros son más bien INGENIOSOSEn el camino a Pertusa un canal de riego. Todo él una recta impresionante, de ésas en que con la cámara de fotos puedes hacer un punto de fuga chulo, bien pues la foto lo dice todo... Sobran los comentarios.La iglesia de Pertusa

Y llegamos a Pertusa, un pueblo tranquilo, en el que la tienda la abren cuando alguno de los del pueblo o de los que pasan por allí necesita algo. Nos recibieron muy bien, nos dejaron dormir en el polideportivo. Se portaron estupendamente. Un sitio recomendable para pasar la noche y donde nos hicimos una cena a base de callos, ...para chuparse los dedos.

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