Hoy se presentaba
un día tranquilo. Era coincidencia o no, que
haciendo el Camino de Santiago
fuéramos a tener un descanso en Domingo. Quién
sabe. De lo que si estamos seguros es de que nos
fue muy bien. Fuimos a sellar a la Catedral,
pero no hubo manera, así que nos fuimos a una
iglesia de los jesuitas. Nos costó un rato pero
al final nos firmaron la Credencial de
Peregrino. Es importante esta
formalidad, para el resto del personal y también
para ti, para darte cuenta de por donde has
pasado y para tu propio recuerdo. Así una vez
con el sello en la Credencial nos fuimos a dar
una vuelta por Huesca, de la
mano de dos guías expertos, Rafa
y Silvia, que nos llevaron a
conocer los rincones más importantes. Un
lugar que nos llamó la atención fue una calle
cercana a la catedral, en la que de una pared
salía una hermosa higuera. Curioso. El resto del día lo
empleamos en descansar y prepararnos para el día
siguiente. Vimos mucha tele, pues llevábamos
días sin sufrirla ni disfrutarla, nos dimos una
vuelta por la noche oscense y relativamente
pronto a dormir.
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